Comprar una empresa es una forma común para crecer, de diversificar los riesgos cuando se identifican oportunidades o amenazas en el mercado o de darle continuidad a su negocio. Es lo que se llama una estrategia de crecimiento inorgánico.   A través de la compra de empresas, la empresa compradora puede acceder a nuevos canales de ventas, entrar en nuevos mercados o adquirir innovaciones, capacidades y recursos clave para su prosperidad futura.

El éxito de una operación de compra de empresas depende en gran medida de cómo se estructura la oportunidad, teniendo en cuenta los recursos de las empresas, el entorno legal y macroeconómico y el análisis de la posición competitiva del comprador y de la empresa objetivo, para lo cual el diseño de la transacción, la selección de los candidatos de compra adecuados y la realización de una valoración de empresa objetiva son etapas imprescindibles que arrojan conocimiento profundo sobre los aspectos clave de la negociación y de la creación de valor de la compra. Este trabajo a menudo requiere el asesoramiento de especialistas.

A medio plazo, el éxito dependerá de la efectividad en la integración post compra de las dos empresas, compradora y adquirida, para alcanzar los objetivos empresariales que se trazaron durante el proceso de análisis y toma de decisiones con la operación de compra.

Un proceso de compra de empresa bien analizado y estructurado es una de las vías para fortalecer, hacer crecer tu empresa o darle continuidad a la empresa que has construido.